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Ancient Myths & Modern Tech

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La gran desconexión & el fin de la razón

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Nuestra ingenua desesperación interna se ha silenciado y en su lugar nos hemos quedado con un espejo.

Este ensayo explora las ideas del capítulo 9: La Gran Desconexión del Libro Homo Deus del autor israelí Yuval Noah Harari, por lo tanto la mayoría de las referencias son de esta publicación

Este texto también está disponible en formato de videoensayo en caso de que no disfruten tanto leer:

A través de la disponibilidad de comunicación global e inmediata que nos dio el internet, estamos en el proceso de trascender y dejar atrás el ancla de significantes que previamente unían a la sociedad y a las comunidades bajo un mismo significado: códigos éticos, religiones, nacionalidades, etc. Hoy en día nos encontramos fragmentados, internamente y también en nuestro contexto social, lo cual nos aleja de cualquier narrativa coherente.

El recientemente fallecido David Berman, vocalista de Silver Jews y de Purple Mountains escribió sobre esto ya hace 20 años en su poema titulado “Self-portrait”:

All this new technology
will eventually give us new feelings
that will never completely displace the old ones
leaving everyone feeling quite nervous
and split in two

We will travel to Mars
even as folks on Earth
are still ripping open potato chip
bags with their teeth.

Con esta constante conexión tecnológica, desmesurada estamos dando paso a una realidad inundada de mucha más información que en cualquier otro punto de la historia, pero que vive ajena de una cadencia lineal, y más importante de cualquier ideal más allá de lo banal. Vivimos diariamente bombardeados por imágenes, sonidos, experiencias y eventos completamente desconectados, impidiéndonos dar paso a cualquier cosa significativa y trascendente.

Harari explora la idea que nuestra realidad no es más que una constante reafirmación de relatos inventados por nosotros mismos, los cuales nos venimos contando de generación en generación como sociedad global en búsqueda de una creación de estabilidad y control, en un mundo lleno de entropía y vacío. Más recientemente durante el s. XX con la mira de unificar naciones, el liberalismo ganó fuerzas a través del poder suave y la promesa de la modernidad y reafirma en su libro Homo Deus:

…el liberalismo medró porque tenía mucho sentido político, económico y militar adscribir valor a cada ser humano… había valor en cada par de manos que podían sostener un rifle o tirar de una palanca. (2016)

De los tres grandes relatos ideológicos, fascismo, comunismo y liberalismo, es evidente que el que continúa dominando la mayor parte de nuestra realidad es el liberal ya que los otros dos se desmantelaron durante el siglo XX a través de constantes guerras materializadas en violencia global.

El autor continúa,

¿Es una coincidencia que los derechos universales se proclamaran en la misma coyuntura histórica en que se decretó el servicio militar obligatorio?…

y en un par de párrafos más abajo:

un razonamiento común en defensa de la democracia explicó que conceder a las personas derechos políticos era bueno, porque los soldados y los obreros de los países democráticos rendían mejor que los de las dictaduras.

Esta libertad y derechos concedida de manera institucional fue instrumental para dejar que la imaginación de los ciudadanos en naciones liberales, pudieran crear un mundo sin límites a la vez que servían a la ideología que se las brindaba.

Y fue así que creamos un mundo basado en la abolición de restricciones que acotaban al espíritu humano a lo dictaminado por las órdenes de un dios benevolente que le permitía existir, o de un líder usualmente de la realeza que transmitía lo divino bajo su reinado. Un mundo que defiende a toda costa los Derechos Humanos, un concepto tan innovador en la historia humana como la invención del automóvil, y que en combinación con la proliferación de la ciencia como guía práctico de nuestra realidad, han dado paso a olas tecnológicas que no tienen precedente alguno en la historia humana.

Entre estas tecnologías, quizás la que ha logrado tener el impacto transformacional más profundo ha sido el internet y el software, los cuales poco a poco se han ido apoderando de cada uno de los aspectos de nuestras realidades, desde la política hasta el entretenimiento. De esta manera empujando a la raza humana hacia el descubrimiento de nuevos paradigmas previamente inexplorados.

Entre ellos el hecho de que paradójicamente estas herramientas creadas gracias a las libertades obtenidas y que hoy en día se han vuelto fundamentales para nuestro día a día, es muy probable que sean las que eventualmente nos arrebaten el poder de nuestras manos.

Harari dice:

en la esfera económica, la capacidad de sostener un martillo o de pulsar un botón se está volviendo menos valiosa. En el pasado eran muchas las cosas que solo los humanos podían hacer. Pero ahora robots y ordenadores nos están dando alcance, y puede que pronto nos avancen en la mayoría de las tareas.

Pero no son de culparse, todo parecía apuntalado hacia el verdadero progreso de la humanidad, estábamos más cerca que nunca de alcanzar el ideal que la modernidad nos había planteado siglos atrás y que no habíamos podido alcanzar por una excusa u otra.

Sin embargo la realidad fue mucho más violenta que la ilusión y nuestro pasado de animal de sobreviviente, en respuesta a la incremental exposición de problemáticas a través de la exacerbada comunicación digital, sacó lo peor de sí. Nos volvimos pasivos en un mundo complejo y optamos por trasladar la resolución de problemas a las máquinas que tanto nos han venido apoyando.

Cual criatura electrocutada, nos convertimos en agentes reaccionarios, y entre espasmos mediáticos nos hicimos incapaces de razonar y generar distancia para producir un criterio ecuánime y coherente en búsqueda de significado.

Esto está dando como resultado un tribalismo contemporáneo divisorio y cacofónico basado en el hedonismo, el cual mediante la filtración de ideas podemos cegarnos a todo aquello que nos parece disonante y solamente ser partícipes de lo que nos genera placer.

Como ejemplos recientes están los enormes números de despidos que se han suscitado en todo el mundo a causa de la pandemia del COVID-19, tan solo en estados unidos se llegó a 40 millones de desempleados. Sin embargo de manera contrastante, las acciones de las empresas más poderosas del mundo, las de software principalmente, se han disparado y están en mejor posición que en diciembre del año 2019.

Si esto no es evidencia de que el mundo y la maquinaria liberal basada en capital, necesita cada vez menos a quien Harari llama “La Clase Inútil”, entonces no estamos poniendo atención. No nos está quedando claro que un algoritmo puede lograr lo que toda la humanidad ha tardado siglos en construir en cuestión de segundos. Y que si no analizamos este momento como una palanca para continuar desarrollando nuestra razón como instrumento funcional para la humanidad, todo podría estar perdido en poco tiempo.

Sin duda las respuestas claras no abundan, y qué mejor, ya que es momento de generar muchos cuestionamientos, pues esto está para quedarse y pocas alternativas nos quedan para elegir.

Nos olvidamos del término base de la palabra liberal: la libertad y cómo pensamos sobre ese concepto. El concepto que nos concede la oportunidad de ser amos y dueños del reino que existe dentro de nuestras mentes y recordando a David Foster Wallace, quizás ya no demandamos lo suficiente de nosotros mismos, pues él mismo decía:

El tipo de libertad realmente importante implica atención, conciencia y disciplina, y ser realmente capaz de preocuparse por otras personas y sacrificarse por ellas una y otra vez en una miríada de maneras mezquinas y poco atractivas todos los días.

Esa es la verdadera libertad. Eso es ser educado, y entender cómo pensar. La alternativa es la inconsciencia, la configuración predeterminada, la carrera de ratas, la constante sensación de haber tenido y perdido algo infinito.

La pregunta es, cuánta gente está lista para deshacerse de esta arrogancia que nos cega y divide. Cuánta gente quiere verdaderamente tomar la postura de cuestionar cómo obtuvimos esta libertad, cómo podemos tomar activamente parte en la construcción de realidad y ser honesto cuando no lo sepamos y mediante el diálogo podamos explorar todo lo que nos hace falta por aclarar sobre el rompecabezas más complejo con el que nos hemos enfrentado: nosotros mismos.

Referencias

Street, F. (2019, 22 octubre). This is Water by David Foster Wallace (Full Transcript and Audio). Farnam Street. https://fs.blog/2012/04/david-foster-wallace-this-is-water/

Harari, Y. N. (2016). Homo deus: Breve historia del mañana (1.a ed.). Penguin Random House.

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